lunes, 13 de junio de 2011

Exitismo en la Argentina





El diccionario de la RAE define al exitismo como un afán desmedido de éxito. Pero es solo eso?


En mi camino me he cruzado con un incontable número de seres humanos, algunos más agradables y otros menos. En ambos casos he encontrado exitistas. 


A simple vista parecería que el éxito tan soñado por todos nosotros en cualquier cosa que emprendemos, no es perjudicial, "quiero salir bien en los exámenes", "quiero que ese chico se enamore de mi" o "quiero que mi hijo salga bien de su operación". 


Pero qué pasa cuando ese camino al éxito (como único premio olvidando las recompensas de transitar el camino) comienza a ser una carrera, y en esa carrera se vende una madre, la mismísima ideología se deja a un costado, y se va perdiendo el corazón hasta dejar la piel sin poder sentir nada real. Cuando el éxito se transforma en cultura, muchos pueden salir heridos.


El sujeto comienza a inmunizarse contra todo aquello que penetre en el ser, en el "core" del alma, y  va perdiendo el contacto humano, hasta que todo lo que realmente importa, pasa por su vida inadvertido, cobrando importancia solo el dinero y los bienes materiales. Llega al punto de apartarse de las conexiones primales, eso que nos hace humanos, eso que nos conmueve, deja de ser prioritario. Las emociones son solo para estúpidos sentimentales, el matrimonio y los hijos pasan a ser un requisito imprescindible para ser exitoso, y comienza una proyección de sí mismo, un yo exitoso, que apela a imitar las conductas de otras gentes con "éxito" a quienes se admira.


Los grandes filósofos, pensadores, y filántropos de la humanidad dejan de tener cabida en estas vidas, pasando a ser "perdedores" que no sabían de que estaban hablando. 


Una vida consumista justificada por las ganas de ganar, se apodera de estas personas hasta que el simple hecho de hacer las cosas "bien" se contrapone al éxito como un obstáculo. Entonces todo y todos se descartan, como una bolsa de basura que se saca a la calle sin remordimiento alguno. Lo vemos constantemente en personas públicas, actores, empresarios,  músicos, políticos y gente no conocida, pero igual de exitista que estos.  


Entonces a estas alturas, claramente se ha perdido la solidaridad con el otro, la compasión, y se ha apoderado la codicia de cada rincón en la vida del exitista, tomandolo como normal, como que "las cosas son así". 
Está tan preocupado por triunfar que no recicla, no se fija que se mete en el cuerpo, y sobre todo, si lo que él hace para ganar pudiera provocar la perdición misma del mundo, no esperen que pare su carrera para meditar... esto es solo un obstáculo interponiéndose entre él y la cima... entonces como tal, lo saltará. 


Reflexionemos, y que el éxito no se interponga en nuestras vidas.