miércoles, 19 de enero de 2011

El titiritero, la mujer y el hombre que no quiere correr el velo

 ¿Querés verme? ¿Querés ver quién soy?
Soy el que se cuela en tus sueños y agota tu vida…

¿Querés saber que soy el dueño del mar?
¡No me querés mirar a los ojos porque no querés saber!

¿Querés saber quién soy? No querés, ¡no!
Porque yo le pongo precio a tu vida y a los amores que nunca tuviste.

El espejo donde te miras también es mío… como todo ya lo es.

(_ Yo soy una virgen)

Tengo mis manos sobre tu cabeza, y empujo con tu propia fuerza.
Hasta tus hijos son míos, los que vendrán y los que maté.
A veces suspiro en tu cara esas fantasías que también son mías, (como todo así lo es)
Pero eso ya lo sabías, solamente no querías correr la cortina.
No muerdo quedate tranquilo, si con una sola bocanada podría tragarme al mundo…

(_ Yo estoy sentada al costado de una escalera por la que todos bajan)

¡Acá sigo y aun seguís sin verme!
¿Te acordás de eso que tanto deseabas? ¡Jajá!  ¿Adivinaste?
Soy el poseedor. Lo que quieras yo lo tengo, y yo te hago quererlo.

(Pasa una nube y el viento sopla una música, que en parte también es suya, pero solo en el último rincón, y mi pecho se infla mientras la oye)

Manejo el dictamen, el juicio, la culpa y el crimen. 
Al juez, a las víctimas y a los victimarios.
Ustedes siguen sin mirarme a los ojos, y como ovejas, obedecen fieles a su naturaleza.
Nadie se opone, porque no les ofrezco recompensa por ello.

(_ Yo no busco tus recompensas)

Yo te doy la aceptación que buscas y aunque sea una falsa ilusión vos no lo querés saber.
En mi buscas las distracciones que te ayudan a salir de tu cuerpo, para no despertar.
¡Y si no eres consciente de tu ser, es solo gracias  a mi!

(_ ¡Yo sé que no eres absoluto!... pero pocos lo saben conmigo)